“Elena ha cumplido con las leyes del tiempo, está hecha para cobrarle a la vida el lujo que antes le había quitado; vuelve a ser la niña mimada, pero ahora con conocimiento de causa. Toma conciencia de sí misma; recoge sus palabras, trata de ordenarlas, se comporta como una escritora alcanzable y a la vez inalcanzable, camina con la bandera de La Gioconda. No se sabe si va o viene, si está bien o mal, si está o no saboreando el triunfo.