De
su madre aprendió el amor por la literatura y por la música
y heredó el espíritu de lucha por los ideales feministas
de igualdad.
Cristina
Peri Rossi nació en Montevideo (Uruguay) en 1941 y desde
muy joven se convirtió en una personalidad emblemática
por su espíritu de innovación y vanguardia, por su
rebeldía, por sus transgresiones a la moral convencional.
De
la crítica social y el simbolismo de sus primeros libros
(El libro de mis primos,1969; Indicios Pánicos,
1970) la escritora uruguaya pasó al erotismo de Evohé
(1971), su primera colección poética. Luego llegaron
Descripción de un naufragio (1975), Lingüística
General (1979) o Europa después de la lluvia (1987),
poemarios todos ellos donde el tema del amor está presente,
a veces como dolor lacerante, en otros como alegría desbordante
hilados por un finísimo sentido de la ironía.
Fruto de todos ellos ha nacido esta antología Poemas de
amor y desamor que forma parte de la colección de poesía
de Plaza&Janes, de reciente publicación.
¿Cuál es su concepto del amor?
Es
muy difícil pensar el amor. El amor es sentir. El amor es
de alto voltaje. Es tal la intensidad de los sentimientos que provoca,
que el amor engancha. No hay manera de amar sin que exista una dependencia.
Es un sentimiento vital y la ruptura en el amor provoca una sensación
de ruina personal.
¿Prefiere los versos para hablar sobre el amor?
La
poesía tiene la virtud de lo inmediato, de la brevedad. En
los versos no pueden sobrar palabras. La poesía emociona
rápidamente, causa una impresión emotiva. En cambio
la novela desarrolla una historia. Depende de lo que se quiera contar.
Si no quiero ahorrar detalles al lector escojo la narrativa.
En casi todos sus poemas el objeto y el sujeto del amor es siempre
una mujer, es el centro de todo. ¿No deja usted muy poco
espacio para los hombres?
No,
no, el amor no tiene sexo. Es amor hacia la persona. Es cierto que
existe una transgresión porque tradicionalmente la mujer
se ha presentado como objeto del deseo. Yo he querido escribir la
poesía desde la mujer como sujeto que ama, plasmar sus sentimientos.
Algunos hombres también lo han hecho como el poeta hindú
Versayanari, que "escribió" y lo digo entre comillas
porque todos sus poemas se transmitieron oralmente, muchos versos
como si fuera una mujer. Actualmente también existen ejemplos
como el escritor Justo Navarrro.
¿Por qué la oración "Líbranos,
Señor, de encontrarnos, años después, con nuestros
grandes amores"?
Porque
el amor es ilusión, nos agarramos a él como a una
tabla de salvación. El amor es como una mirada, está
en uno mismo. Yo siempre digo que se enamoran cuatro: las dos personas
y los dos ideales. Cuando esa máscara se rompe es difícil
descubrir, años después, qué nos hizo enamorarnos
de esa persona.
¿Cuál ha sido la trayectoria de su escritura?
En
un principio era una literatura más comprometida y digo más
porque la literatura supone un compromiso con todo, aunque Sartre
lo identificara con el compromiso político. La Historia siempre
ejerce una presión sobre el individuo y existen determinados
periodos en los que esa presión es más fuerte, como
en el caso del golpe de Estado en Uruguay y mi exilio. Fruto de
él es El libro de mis primos que tiene un alto contenido
de crítica social y que introduce el tema de la guerrilla.
En mi literatura siempre existe un compromiso, estoy en contra de
la exclusión.
Revisando
esta antología he descubierto que en realidad mis poemas
no han evolucionado mucho. Se puede seguir escuchando una misma
voz con diferentes registros, ya sea el lirismo, la prosa o la ironía.
No obstante, sigo la evolución que te señalé
en un principio, la ironía ha llegado con el tiempo. Mi poesía
se ha vuelto más libre.
*
Publicado en la revista digital Sevilla cultural, España,
marzo de 1999.