Hasta donde se puede comprobar, el haiku se practica en Japón desde el siglo XV (aunque algunos estudiosos creen que desde antes), sin embargo, el primero en llamarlo así fue uno de sus cultivadores, Shiki, y lo hizo hasta el siglo XIX. Si dejamos fuera la cuestión de las etiquetas y de los nombres (puesto que como mencionamos s ele conoce también con otros títulos), para acercarnos a esta expresión poética podemos considerar dos de sus aspectos principales:

   
que consiste en ser un poema breve de aproximadamente 17 sílabas, que suelen estar organizadas en 3 versos (5-7-5).
 


El haiku no tiene título ni rima en japonés, su simplicidad es tal, que prescinde de signos de puntuación y mayúsculas; de alguna forma, se parece a lo que decimos hablando. Es, por tanto, una forma poética de expresión sencilla y concisa.

 
   
que radica en la capacidad para captar lo que está sucediendo en un lugar y en un momento.
 


Suele tratar de la naturaleza, de la realidad, de la aprehensión de los sentidos. El haiku clásico es una apreciación directa de un acontecimiento, a menudo trivial, que llama la atención del poeta (en japonés: haijin ), el cual lo espiritualiza; su fuente de inspiración puede ser un monte, un arroyo, la vegetación o el clima, aunque abarca, al mismo tiempo, sentimientos y emociones como la soledad (que pude ser el invierno), la tristeza (un arroyo),la vida (el florecer del cerezo), etcétera. Hay, por lo tanto, una síntesis doble y total en la que mediante alusiones a la naturaleza se involucran también sentimientos.

 
 

Así, si hacemos caso omiso de clasificaciones, podemos afirmar que esta forma de expresión, con diversas variantes, ha sido una constante ligada a la vida del pueblo japonés. El haiku ha permanecido durante siglos íntimamente relacionado con la cultura japonesa, al igual que otras formas poéticas propias como los tanka ( waka ), sedôka , chôka , renga (canción encadenada) o, primitivamente, los katauta . Además, está íntimamente relacionado con ancestrales tradiciones de ese país como la ceremonia del té, el arreglo de jardines, los bonsáis, el arreglo de flores ( ikebana ), la caligrafía y las artes tradicionales (pintura, música, teatro).

El origen nipón y el arraigo ene se país de este tipo de poesía no ha impedido, sin embargo, su adopción y práctica en culturas occidentales. Muchos autores mexicanos e hispanoamericanos han escrito sobretodo haikús y tankas en nuestra lengua, a pesar de las diferencias caligráficas y sonoras con el japonés. Al publicar sus tankas y haikús Jorge Luis Borges, uno de los maestros de la literatura del siglo XX, aclaró que no sabía cómo “sonarían” esos trabajos para oídos orientales, pero que él, por su parte, había hecho su esfuerzo.