Por: Priscilla Gac-Artigas
¿Cómo
ve Martha Cerda la escritora a Martha Cerda la mujer?
Trato
de no separar a la escritora de la mujer, porque se complementan. La
escritora es una mujer fuerte, profesional, que toma muy en serio su
trabajo pero no se toma muy en serio a ella misma. Me gusta ser hija,
esposa y madre y que mi familia y mis amigos me traten como tal, no
como alguien especial.
¿Cómo
se produce tu llegada a la escritura, es decir tu transformación
en escritora?
Creo
que nací escritora y sólo esperaba el momento de poder
manifestarlo. Este momento llegó cuando tenía que llegar,
es decir, en un orden lógico para mí. Primero estudié
la carrera de Derecho, pensando en que lo mío no era eso, pero
que no me estorbaría. Luego me casé y tuve tres hijos,
convencida de que era el tiempo de hacerlo. Después, cuando la
pequeña tenía tres años, me dediqué de lleno
a la escritura. Me ha dado muy buen resultado haberlo planeado así,
porque no tengo frustraciones por haber postergado algo importante en
mi vida, ni tentaciones de hacer lo que no hice.
Me
gustaría que me hablaras un poco del mundo de tus sueños,
del mundo del que se alimentan tus libros.
Como
todos los escritores tengo mis temas favoritos: la identidad, el eterno
retorno, entre otros. Me inclino más por la literatura fantástica,
lúdica y absurda, que por lo realista y dramático. Me
alimento de lecturas.
En presentación en Nueva York de su más reciente novela:
Extraños vecindarios, Rosario Ferré, quien como tú,
ha incursionado en diversos géneros decía que ella escribía
poesía cuando sabía que no disponía mucho tiempo
para envolverse en un proyecto a largo plazo como puede ser una novela.
[Martha Cerda con Fernández Retamar en Casa de las Américas,
La Habana, marzo de 2001] Tú eres una escritora muy prolífera
y has escrito y publicado tanto cuento como poesía, teatro y
novela. ¿Sientes preferencia por alguno de estos géneros?
¿Alguno de ellos lo has sentido más propicio para lo que
tú como escritora quieres expresar o cada uno en su particularidad
te ha servido para expresar lo que has querido en algún momento
determinado? En otras palabras, ¿cómo explicas el paso
de uno a otro género?
Para
mí la poesía es sagrada. No me atrevería a abordarla
por razones de mayor o menor disponibilidad de tiempo. Básicamente,
cada tema pide su forma. Algunos dan para cuento, otros para novela
y no podemos constreñirlos a nuestras necesidades, sino adaptarnos
a ellos. El escritor con oficio, lo primero que debe saber es cuál
es la forma adecuada para lo que quiere decir; de ello y del tono, depende
la eficacia del texto. La poesía es un género aparte,
requiere de una preparación especial del ánimo y una mayor
concentración, que dan por resultado la intensidad, la concisión
y el nivel estético que debe tener la poesía. Creo que
por un buen poema se pueden escribir mil novelas decorosas.
De
tus obras, ¿hay alguna que, por alguna razón especial,
consideres más cercana a ti, que consideres como tu obra más
completa o mejor lograda?
Cada
obra tiene su lugar y, en su momento, es la más querida, pero
de mis novelas, las que mayormente han trascendido son La señora
Rodríguez y otros mundos y Toda una vida. Han sido
traducidas, la primera al Inglés, Francés, Griego, Noruego
y próximamente al Italiano; la segunda, al Italiano, al Noruego,
y próximamente al Alemán. Ambas han sido premiadas, Toda
una vida fue el Mejor Libro de Ficción de 1998, en Italia.
Sin embargo, sólo el tiempo dirá si son buenas, ojalá
sea capaz de dar otra mejor.
Una discusión candente en nuestros días es la relacionada
con la llamada "literatura femenina", discusión en
la que se opone la literatura escrita por mujeres a la literatura sin
apellidos: si existe o no una literatura específicamente femenina;
si actualmente las escritoras tienen mayor reconocimiento y más
éxito en la difusión y distribución de sus obras
porque es una moda y no por el valor literario de los escritos; si en
las obras de estas escritoras predomina el relato autobiográfico
y anecdótico por sobre el oficio literario. Frente a esta discusión,
¿qué piensas al respecto y dónde se sitúa
Martha Cerda en tanto escritora?
No
me gustan los "ismos" ni quisiera ser clasificada únicamente
dentro de la literatura femenina. Cuando escribo no lo hago pensando
que soy mujer, es algo que no está en duda. Tampoco pienso en
escribir sólo para mujeres. Sin embargo, estoy de acuerdo en
que actualmente las escritoras estamos de moda, pero aprovecharse de
ello sería poco ético. Yo respeto mucho mi oficio y trato
de dar lo mejor en mis textos. Por otro lado, creo que cualquier escritor
puede tener obras buenas, regulares y malas. La calidad no tiene que
ver con el género, sino con el talento, la preparación,
el oficio y hasta el tiempo. Posiblemente en esta época hacemos
todo de prisa, no solamente escribir, y los resultados son igualmente
precipitados. En esto no diferimos los hombres de las mujeres.
Hace poco en la presentación de su libro Afrodita en Nueva
York decía Isabel Allende que ella consideraba que su obra no
estaba terminada hasta tanto llegaba a manos del lector, que era sólo
cuando el lector tomaba su libro entre sus manos y lo abría que
la obra tomaba su completa dimensión. Desde luego, esto no es
una idea nueva, Jean-Paul Sartre, entre otros, habla sobre ello en ¿Qué
es la literatura?, pero me gustaría conocer tu opinión
sobre esto.
Estoy
de acuerdo en que el escritor escribe para ser leído y que el
lector completa, con su visión, el texto. A mí me ha sorprendido
siempre conocer el punto de vista de los lectores. Hay una interdependencia:
no puede haber escritores sin lectores, ni viceversa.
En
el proceso de comunicación escritor, editor, lector, ¿qué
papel, para ti, juega el crítico literario?
El
crítico literario juega para mí un papel muy importante
en el proceso de comunicación, pero estoy hablando de un verdadero
crítico. Cuando son honestos, los críticos valoran el
trabajo y ponen a cada quien en su lugar. Desgraciadamente, no todos
los escritores son conocidos por los críticos profesionales;
parece que se guían mucho por las editoriales que publican los
libros; a las que no son conocidas no las toman en cuenta.
¿En
qué proyecto estás trabajando?
Actualmente
acabo de terminar una novela que me costó mucho trabajo. Se titula
En el nombre del nombre. También estoy retomando, con
placer, el Cuento. Este año no pensaba viajar, pero ya he recibido
siete invitaciones: dos a Europa, dos a Estados Unidos, dos a América
del sur y una de México; algunas de ellas son para las mismas
fechas. Quizá acepte tres.