Nombre
del volcán: Erebus |
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El Erebus es un volcán activo. |
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Mayo 1998. |
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Tipo difusivo-explosivo. |
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Situado en la costa de la Ross Island de la Antártida, en el mar de Ross. |
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3.795 metros sobre el nivel del mar. |
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Sociales: principalmente en la Antártida se hacen proyectos de investigación. |
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Leyenda(s) y/o |
En un principio sólo existió el caos. En el vacío exterior apareció Erebus (Erebo), el ignoto lugar donde Muerte y Noche habitan. Todo allí era hueco, silencio, infinito, obscuro. Entonces nació el Amor (Eros), hijo de Erebus y Noche, con él llegó el comienzo del orden. Del
Amor surgieron Luz y Día y apareció, Gaea (Gea), La Tierra. Fue entonces
cuando Erebo durmió con Noche y de aquella unión nació Aether (Eter),
la luz del cielo. Mientras, La Tierra (Gea), alumbró a Urano, los cielos. Urano llegó a ser compañero de Tierra y la cubrió por todos sus lados; juntos tuvieron tres Cíclopes, tres Hecatonquiros y a Titán, que tuvo a su vez seis titanes y seis titánidas. Pero Urano fue un mal padre y mal marido. Odiaba y detestaba a los Hecatonquiros. Les hizo prisioneros en escondidos lugares de la Tierra, en el seno de Gea. Esto enfureció a Gea, que empezó a conspirar contra Urano. Todos estaban aterrados excepto el joven Titán, Cronus ( Saturno, en la mitología romana). Gea y Cronus tendieron una emboscada a Urano. Mientras yacía con Gea por la noche, Cronus agarró a su padre y lo castró, cercenando sus testículos con una hoz de piedra y arrojándolos después al Océano. De la sangre derramada surgieron Gigantes, Ninfas, las Erinyes, y de la espuma que los genitales levantaron, al caer en el mar, surgió Afrodita. Cronus se convirtió en el omnipotente nuevo jefe de los dioses y como primera medida encarceló a los Hecatonquiros y a los Cíclopes en Terrarus. Se casó con su hermana Rhea, otorgó mucho poder a los Titanes y gobernó durante muchos años. Como Gea y Urano habían profetizado que finalmente sería destronado por sus hijos, Cronus, para evitar que se cumpliera la profecía, se los tragaba según nacían. Rhea, encolerizada y apenada por esto, empezó a conspirar contra él. Cuando nació su sexto hijo le escondió y le puso bajo la protección de las Ninfas del mar. Para encubrir su decisión envolvió una piedra en las mullidas ropas del infante y se la entregó a Cronus que se tragó el envoltorio de un bocado, encantado y sin reparar en el engaño. El niño puesto a salvo fue Zeus. Creció en Creta, y cuando llegó a ser un hermoso joven comenzó a planear la derrota de su padre. Rhea convenció a Cronus para que aceptara los servicios de Zeus. Este aceptó, le permitió entrar en el Olimpo y le nombró su camarero personal. Zeus, aprovechando este privilegio, preparó una bebida especial y se la brindó a Cronus que inmediatamente se durmió y vomitó los cinco hijos que había engullido de forma tan salvaje como natural. Los cinco jóvenes dioses volvieron sanos a este mundo y sin haber sufrido ningún daño, y, agradecidos a Zeus, le nombraron su líder. Pero todavía era necesario derrotar a Cronus. Éste y los Titanes, excepto Prometeo, Epimeteo y Océano, se aprestaron a mantener el poder. Atlas asumió el mando de la batalla y durante algún tiempo pareció que los jóvenes dioses iban a ser derrotados. Pero Zeus, empleando grande astucia, regresó a la batalla con nuevos aliados. Los Cíclopes le proporcionaron rayos celestes, arrojadizos como armas de ataque, capaces de fulminar al enemigo más poderoso. Armó a los Hecatonquiros con grandes cantos rodados y les emboscó en lo alto de los desfiladeros. Llegado el momento, los hicieron caer con tal furia que los Titanes pensaron que las montañas se desplomaban sobre sus cabezas. Prácticamente destrozados huyeron aterrados, dando la victoria a Zeus. Zeus exilió los supervivientes a Tartarus, los infiernos. Atlas, el cabecilla, sufrió un castigo especial, fue condenado a soportar el Mundo sobre los hombros para la eternidad. A pesar de la victoria, Zeus, no pudo, todavía, sentirse seguro. Gea, triste por no haber podido disfrutar de la infancia de sus seis hijos, dio a luz su último vástago, Tifeus (Tifón). Tifeus (Ti-feo) era más espantoso que el más horrible de los dioses. Zeus se vio forzado hacerle frente, y lanzando contra él uno de sus rayos mortales, acabó con el monstruo. Tifeus fue enterrado bajo el Monte Etna en Sicilia y todavía pueden verse, de cuando en cuando, sus encendidos humos. El desafío final lo provocaron los Gigantes. Invadieron el Monte Olimpo trepando por las montañas en un gran esfuerzo por alcanzar la cumbre. Pero los dioses, que había crecido fuertes y contaban con la ayuda de Heracles (Hércules), les sometieron o mataron. A partir de entonces quedó definitivamente consolidado el poder y la autoridad de Zeus sobre los dioses del Olimpo y sobre el Universo Griego. La Tierra, ahora Rea, hija de Gea, se embelleció sin límites... ...Y creó escenarios de incomparable belleza para que los humanos de sucesivas civilizaciones pudieran gozar sin freno de su belleza divina y de los alimentos que brotaron de su seno para ser devorados, en esta ocasión, por las especies que se multiplicaron poblando el Planeta... ...Y La Tierra, generosa con sus pequeñuelos, nos brinda su riqueza, a cambio, como no podía ser menos viniendo de los dioses, del sudor de nuestra frente. ...Sudor que a veces se hiela en nuestras sienes como el agua en las montañas. ...heladas que soportamos por nuestra condición de cisnes alados, hijos de Gea y Rea, La Tierra. ...Y, FIN. ALGUNAS IMÁGENES DEL MONTE EBERUS:
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Enciclopedia
Encarta 97 de Microsoft. |
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