Nombre
del volcán: Vesubio |
|
||
|
Activo. |
||
|
|
||
|
Paleano |
||
|
Pompeya antigua ciudad de Italia, situada en la bahía de Nápoles. |
||
|
Tiene una altura de 1, 270 m |
||
|
|
||
|
|
||
|
|
||
|
Pompeya y Herculano. |
||
|
|
||
|
|
||
|
|
||
|
"El 24 de Agosto, hacia la una de la tarde, mi madre hizo observar a mi tío una nube de tamaño y de aspecto extraño. No se distinguía bien a que distancia de la montaña estaba, aunque después se supo que se debía al propio Vesubio". Plinio el viejo era el jefe de la flota de Miseno. Según el relato de su sobrino, al parecer se dio cuenta que el Vesubio entraba en erupción y decidió cruzar la bahía con algunos barcos en misión de rescate. No pudieron desembarcar en ningún lugar cercano a la montaña a causa del calor y la espesa lluvia de cenizas y piedra pómez (Trozos de lava solidificada), de modo que se dirigieron a la ciudad de Estabias, situada a 5 km. al sur de Pompeya, donde Plinio el viejo se refugió en casa de su amigo. Desde allí podían ver el Vesubio, del que "Brillaba en varios puntos extensas capas de fuego y llamas impetuosas, a cuyo resplandor contribuía la obscuridad de la noche". Cualquier esperanza de llegar a cabo el rescate naval fue abandonada, pues incluso Plinio y su gente se hallaban en gran peligro. Según el relato de Cayo: "Discutieron si permanecer encerrados o aventurarse afuera, pues las casas se estremecían con violentas sacudidas y parecían estar tambaleándose de acá para allá como arrancadas de sus cimientos. Por otra parte, afuera existía el peligro de las piedras que caían, aún cuando fuesen ligeras y porosas". Al amanecer dejaron la casa por la playa; pero al aproximarse las llamas y acercarse cada vez más insoportables los humos sulfúricos, el valeroso marino de 56 años, que padecía de asma, sufrió un colapso y murió. Sus compañeros huyeron entonces para salvarse, y algunos fueron a Miseno y dieron la noticia a Cayo. Entre tanto, en Miseno, Plinio el viejo y su madre buscaban un lugar abierto, lo más lejos posible de los tambaleantes edificios. "Una horrible nube negra desgarrada por relámpagos zigzagueantes dejaba al descubierto masas de llamas, como rayos pero mucho mayores". Bajo la lluvia de cenizas, Cayo y su madre se vieron "Envueltos por la noche, no con la oscuridad de una noche sin luna o nublada, sino con la de un cuarto cerrado y sin luces. Solo se oían los gemidos de las mujeres, el llanto de los niños, el clamoreo de los hombres. Unos llamaban de sus padres, otros a sus hijos, otros a sus esposas. Muchos clamaban a los dioses, pero la mayoría estaban convencidos de que ya no había dioses y esa noche era la última del mundo." "Finalmente, la oscuridad se hizo menos densa, y después, como si tratase de humo o nubes, se disipó, volvió el día y lució el sol, aunque pálidamente, como cuando se aproxima un eclipse". La tarde del 25 de agosto - poco más de 24 horas después de haber contemplado por primera vez la horrenda nube que se alzó amenazadoramente sobre el Vesubio - Cayo Plinio y su madre volvían agotados a la villa. Habían escapado, pero otros miles habían perecido y descansaban para siempre bajo una gruesa capa de lava y cenizas. PLINIO, el joven le escribió con detalle el caos apocalíptico que se produjo. Sus famosas cartas a Tácito constituyen el primer testimonio conocido de un testigo visual de una erupción volcánica. Las ciudades enterradas se sumieron en un olvido casi absoluto hasta el inicio de excavaciones en el siglo XVIII. Desde entonces, las palas han desenterrado, un inestimable tesoro arqueológico y geológico: dos florecientes poblaciones romanas, paralizadas en le momento en que se produjo su destrucción. El
viento transportó la nube de ceniza del Vesubio a la ciudad de Pompeya.
Herculano, situado al oeste del volcán, apenas sufrió el embate de la
ceniza. Pero las nubes ardientes y plininas que vinieron a continuación
rodearon por todas las laderas del volcán y acabaron enterrando a ambas
poblaciones. |
||
Bibliografía y/o fuentes de información |
|
||
|
|||
|