Nombre
del volcán: Karymsky |
|
||
|
Es uno de los volcanes más activos en Kamchatka, al menos 20 veces ha hecho erupción en los últimos 200 años. Las más recientes son de enero de 1996 y agosto de 1999. |
||
|
15 de febrero del 2004 |
||
|
Estromboliano |
||
|
Ubicado en la Península de Kamchatka, Rusia |
||
|
1, 486 metros |
||
|
|
||
|
Musgos, líquenes y abedules enanos; también hay abedul, el álamo blanco, el álamo temblón y el sauce, pino. |
||
|
|
||
|
|
||
|
|
||
|
|
||
|
|
||
|
La vida en el destierro de Siberia era ruda y cruel, al transcurrir los años se hizo más débil la esperanza de obtener el perdón, la niña iba creciendo descuidada en medio de aquel rudo ambiente. Viendo tan desgraciado a su padre, Prascovia no se sentía menos infeliz, hasta que un día, próxima ya a los quince años, se le ocurrió partir para San Petersburgo e implorar al Zar el perdón de su padre. ¿Cómo hacerlo? Desoladas tierras tendría que recorrer, lo cual no consentirían sus padres. Tres años después Prascovia se convirtió en una joven tan animosa como bella. Nunca había renunciado a su acariciado plan, resuelta a llevarlo aun contra la voluntad de su padre, quien siempre le suplicó renunciar a tan peligrosa aventura, se trasladó a otro lugar de destierro para escribir una instancia en demanda de un pasaporte y al cabo de seis meses llegaba éste a sus manos. Ya tenía expedito el camino, pero su padre seguía pensando en cómo una doncella podría enfrentarse a las inclemencias del tiempo para presentarse ante el Zar, y de lograrlo, cómo asegurar que la recibiría. Prascovia, no obstante, puso su confianza en dios, pidió la bendición a sus padres, los besó y sólo con un rublo en el bolsillo, empezó a hacer largas caminatas por entre los bosques. Sus padres la acompañaron hasta una ciudad cercana donde tenían amigos que le procuraron lecho la primera noche, pero al siguiente día comenzó su solitario viaje. Por varios kilómetros, por malos caminos y vadeando ríos, adelantó Prascovia, extraviándose muchas veces, calada otras por la lluvia, famélica con frecuencia, y aun desmayada de inanición. En alguna rara ocasión era recibida con bondad y hospedada en alguna cabaña o se le dejaba subir a un carro, pero con más frecuencia era despedida duramente. En una cabaña donde se albergó una noche fue acogida con tal hostilidad y tantas sospechas, que Prascovia se asustó, especialmente, cuando, aprovechándose de hallarse dormida, registraron sus vestidos; resultó, sin embargo, que sólo se trataba de meros curiosos. Con la llegada del invierno y de las grandes nevadas se aumentó todavía más la miseria de Prascovia y a menudo se veía detenida por los obstáculos que le oponía el temporal. Al cruzar el Volga en una gabarra por accidente se cayó al agua y enfermó, pero fue recogida por unas buenas religiosas que no la abandonaron hasta que estuvo restablecida. Por fin, con grandiosa alegría, llegó Prascovia a San Petersburgo. Se interesó por ella una buena señora y la tuvo en su casa esperando ocasión de presentar su instancia a la madre del Zar. Aquella noble dama se sintió enternecida con la historia que le refirió Prascovia y le prometió que se lo comunicaría al soberano. Quedaba despejado el camino; y dos días después, Prascovia se hallaba en presencia del Zar, quien bondadosamente la recibió, prometiendo enterarse de la condena del padre y haciéndole entrega de cinco mil rublos. La agradecida joven le dio las más expresivas gracias e imploró las bendiciones del cielo para el Zar. Obtuvo Prascovia el indulto de su padre y cuando el Zar le preguntó que si quería algo para sí, respondió que sólo imploraba un acto de clemencia a favor de los amigos de su padre, que se hallaban también deportados. Prascovia
se apresuró a comunicar a sus padres la grata nueva de que ya podían
salir de Siberia; la reunión fue tierna, más por desgracia,
la joven no se restableció nunca de la caminata de su larga jornada,
quedando inválida por el resto de sus días. |
||
|
Enciclopedia Encarta 99 |
||
|
|||
|