Presentación

Ser un abuelo es…
una de las alegrías especiales de madurar.

Nuestra estructura generacional se encuentra debilitada por diferentes factores políticos y sociales, marcados por la violencia; desde la presencia de una guerra hasta la agresión psicológica, verbal y/o física de una persona hacia otra, rasgo de desigualdad y discriminación, que sucede a diario en nuestros contextos y espacios de interacción. En este sentido, también la familia tradicional ha venido sufriendo la fractura o desintegración de su propio núcleo.

Sin embargo, el panorama aún puede ser alentador, gracias a la figura privilegiada de nuestros modelos de conducta, portadores de la historia y de los valores sociales: nuestros abuelos, quienes con su experiencia nos motivan a ver la vida con otros ojos; sus conocimientos empíricos, permiten revalorar su función y la de los individuos, solidificar lazos afectivos y resignificar el sentido de la familia en sociedad.

Si bien la familia tiene a su cargo la formación de cada individuo en cuanto a sus valores éticos, también la escuela cumple un rol fundamental por contribuir a la integración de acciones que fortalecen la civilidad de sus estudiantes y ciudadanos. Indudablemente, formar en valores es responsabilidad compartida de la familia, la escuela y la sociedad.

"La asignatura que imparten los abuelos,
no se enseña en ningún otro sitio".
Kornhaber

Somos herederos de nuestros abuelos es el proyecto colaborativo que pretende enlazar dos ámbitos del estudiante: su desarrollo educativo con el social, aproximándolo a los miembros que más han contribuido a la consolidación familiar: Los abuelos, fuente inagotable de experiencias para sus nietos.

Su figura se confirma como amigos "lúdicos", personas llenas de diversión, ilusión y alegría, son los que narran cuentos y juegan con los nietos. Esto permite a los niños vincularse con adultos que no dan órdenes, que no mandan, que no castigan, sino que acompañan y ayudan a hacer la vida feliz; de este modo ofrecen una visión diferente y menos dura de la vida.

Un nieto hace renacer en los abuelos el espíritu del niño que llevan dentro.
Al despertar, pueden ver lo maravilloso de una mariposa
o el color cambiante de una burbuja de jabón.

Para impulsar la relación nieto-abuelo, promover el aprendizaje mutuo a través del diálogo, valorar el rol del abuelo en familia y reiterar su participación social, los invitamos a participar en el proyecto, donde la edad de la experiencia nos vuelve depositarios de la gran herencia familiar y sociocultural.