CUANDO NO VES NADA se produce en el cerebro una extraña confusión: aunque no haya estímulo a los ojos, se ven manchas de colores. Sucede algo parecido cuando no oyes nada, o cuando oyes un ruido continuo y monótono conocido como ruido blanco (que se parece a lo que se oye cuando te pones al oído un caracol de mar): aunque no haya estímulo coherente, se oyen voces, música u otros sonidos reconocibles.

El cerebro siempre está buscando patrones en la información que recibe de los sentidos. Y cuando no recibe nada, inventa. Es como si el cerebro tratara siempre de explicarse el mundo. Cuando haces un dibujo de conectar puntos ves surgir poco a poco un patrón. Donde al principio no reconoces nada, el proceso de conectar los puntos te revela una figura oculta. Cuando observas con cuidado tu entorno también ves surgir patrones poco a poco. El cerebro conecta puntos –o interpreta— continuamente (y al hacerlo, a veces se equivoca).

 

 



 

UNA MESETA EN MARTE En la primera fotografía de esta meseta marciana (tomada por la nave Vikingo 1 en 1976) muchas personas creyeron ver una cara. Ésta es una foto más nítida. ¿Verdad que ya no es tan fácil ver la cara? La “cara de Marte” estaba en el cerebro de los que la veían, no en el planeta rojo. El cerebro busca patrones en los datos de los sentidos. Uno de los patrones preferidos del cerebro son las caras, por eso es tan fácil ver caras en las nubes y en algunas formaciones de roca.


¿Qué ves en esta foto? Pista: cuando veas lo que es, estarás completamente seguro. Si dudas, es que no lo has visto. A veces sólo hay una explicación posible a lo que vemos, oímos, olemos o sentimos. Otras veces caben varias interpretaciones.


 

 

Los artistas y los científicos usan esta habilidad del cerebro de interpretar lo que le llega a través de los sentidos.

 

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