Para llevar a cabo el desarrollo de nuestras habilidades deportivas y competitivas, practiquemos una variante del juego de Ajedrez.
Descubramos, ¿cuál falta?
Para ello, el docente u otro compañero del equipo, colocará las piezas en el centro del tablero, mientras que los competidores observan las piezas como han sido dispuestas; luego, se les pide que cierren sus ojos en tanto que el docente o compañero quita una pieza (o dos), y al solicitar que abran los ojos, los participantes deberán identificar cuál es la pieza que fue retirada.
Este ejercicio de memoria, permite enfocar nuestro objetivo mediante la observación y el desarrollo de la capacidad de concentración.
Un juego muy sencillo es la Defensa del tesoro.
Se alcanzan posiciones predeterminadas en el tablero comiendo a fichas que denominamos tesoro. Mediante la observación, se pone en práctica la oposición normal, en diagonal y a la distancia.
Come-come
En su arranque, el primer movimiento nos deja avanzar y conquistar terreno; como podrán observarlo en el juego del come-come, el objetivo es perder todas las piezas o quedarse sin movimientos, respetando las reglas del ajedrez..
Cada jugador mueve sus piezas de forma alternada y lo que busca es “regalar sus piezas”. Si durante el avance, encuentra oponente al paso, es obligatorio capturarle hasta la última pieza, una por turno.
En este juego, el rey es una pieza más, por lo que no se trata de darle mate, sino sólo capturarlo. Gana el competidor que se queda sin piezas.
Este juego permite agilizar la visión inmediata y la capacidad de abstracción en cálculos de variantes lineales.
¿Suena divertido? Jueguen entonces al come-come.
Recomendamos tener a la mano una libreta de notas para registrar el desarrollo y comportamiento de estas partidas de entrenamiento; con las que estamos iniciándonos en el deporte mental.
Para más avanzados, proponemos una variante conocida como Ajedrez Progresivo.
Es un juego que fortalece la resolución de problemas en el acto para estimular a los estudiantes a encontrar soluciones durante el desarrollo de una situación de conflicto.
Para ello, lo que debe suceder es cambiar en consecutivo la cantidad de movimientos que realiza cada jugador.
Ejemplo: El blanco realiza el primer movimiento y el negro responde con dos; a continuación el blanco realiza tres y el negro cuatro, y así sucesivamente. El juego termina cuando uno de los bandos anuncia el jaque mate*. Aquí los jaques son válidos y cuando se da uno, la secuencia de los movimientos queda interrumpida y se reanuda. Lo anterior resulta muy interesante, ya que desde la segunda movida puede haber posiciones de jaque mate.
* Poner en Jaque al rey es anunciar su posible Mate o muerte. Es decir, el Jaque es una amenaza al rey o a la reina de uno de los jugadores por una pieza del contrincante; mientras que el Jaque mate es la amenaza directa al rey, de forma que no puede defenderse ni librarse de la jugada, lo que pone fin a la partida.
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