A diecinueve años de que La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobará la resolución que declara el 22 de marzo como Día Mundial del Agua, gran parte del mundo sigue consagrando esta fecha en la que el tema medular y el eje de acciones concretas para la conservación, es el agua: el recurso natural más preciado y la fuente primaria de toda la vida que existe en el planeta.

Bajo el lema de “El cuidado de nuestros recursos hídricos es responsabilidad de todos”, 1994 se perfiló como el comienzo de una gran celebración anual en la que ha resultado inevitable destacar la enorme importancia del agua, sin dejar de mencionar los graves problemas que actualmente están alterando y agotando todas las reservas naturales de este vital líquido.

Este año, en el marco de la campaña "El agua y la seguridad alimentaria", se pone de manifiesto que el agua, no es sólo un elemento químico que se concentra en la atmósfera que habitamos, sino también en los alimentos que comemos o consumimos todos los días; de ellos prácticamente “bebemos”  el agua incorporada en sus tallos o tejidos, pues se sabe que para producir 1 kilo de carne o 1 de trigo se llegan a consumir miles de litros de agua.

Pero el aumento de la población mundial, de más gente que pide más agua para la agricultura, la ganadería, la industria y el consumo doméstico, ha dado como resultado un aumento anual en la demanda de agua dulce y el inevitable agotamiento del recurso. Así, un mundo sin agua para la germinación de semillas o la producción de ganado, sin alimento y agua para nutrirse, sin agua limpia y condiciones sanitarias adecuadas para todos, está condenado a convertirse poco a poco en un paisaje inhóspito y desolador. Escenas de lo que se vive en el África rural (hambruna) o en algunos estados del norte de México (sequía), bastan para comprender qué tan delicada es la situación.

Por ello, resulta apremiante que una vez más, todas las naciones se sumen a esta conmemoración con actividades que busquen fomentar una conciencia real en torno al cuidado y conservación de los recursos hídricos del planeta, a través de la difusión de información relevante, la organización de campañas, conferencias, eventos y exposiciones para compartir investigaciones o avances científicos cuya puesta en práctica permita asegurar el acceso, la calidad y equidad en la distribución de agua y alimentos nutritivos para todos.

El Día mundial del agua es pues, una búsqueda de alternativas conjuntas
“para que el mundo nunca tenga sed porque se tiene hambre”