Rafael Alberti (1902-1999)

Nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 16 de diciembre de 1902. En 1917 se trasladó con su familia a Madrid, para dedicarse a copiar pinturas en el Museo del Prado, vocación que prefirió al bachillerato, que jamás terminó. La nostalgia de la bahía de Cádiz y los remordimientos tras la muerte de su padre, le llevaron a refugiarse en la poesía y dejar la pintura en un segundo plano. A partir de ese momento, visitó con frecuencia la Residencia de Estudiantes, donde se relacionó con Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Gerardo Diego y Vicente Aleixandre, entre otros).

Alberti reunió entre 1920 y 1924 sus primeros poemas bajo el título Mar y Tierra, que presentó en el Premio Nacional de Literatura de 1924-1925, y ganó, junto al poeta Gerardo Diego. El libro se tituló definitivamente Marinero en Tierra. Por esos años entabló amistad con poetas como Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, el compositor Manuel de Falla, y los genios de la pintura y el cine Dalí y Buñuel (también mantuvo fuertes vínculos con Pablo Neruda y con el francés Louis Aragon). Intervino como activista en las protestas estudiantiles contra el general Primo de Rivera, y, en 1929 publicó una de sus obras maestras, Sobre los ángeles, de fuertes tintes surrealistas. En 1930 se exilió en Buenos Aires y Roma En 1931 estrenó su primera obra de teatro, El hombre deshabitado. Ese mismo año comenzó a relacionarse en Francia con Picasso y con escritores hispanoamericanos como César Vallejo, Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier. Escribió también varios poemas satíricos y de agitación, que decía en actos políticos, bibliotecas obreras y plazas públicas. En 1936, año de la muerte de Lorca, intervino en España en la campaña por el Frente Popular. Durante la Guerra Civil se entrevistó con Stalin en Moscú, y decidió enrolarse en la aviación republicana. En el transcurso del asedio a Madrid participó en la evacuación de las obras del Museo del Prado, para evitar su destrucción bajo el bombardeo de la artillería nacional. El 27 de abril de 1977 regresó a España. Desde su vuelta a España residió en su ciudad natal, el Puerto de Santa María, donde murió en 1999.

La larga vida y la inagotable creatividad de Rafael Alberti le permitieron cultivar distintos estilos y géneros. Como ya mencionamos destacan la poesía y el teatro. Apasionado por el mar y por la paz, hombre valiente que denunció el terror y la explotación, plasmó todas estas inquietudes de manera magistral en sus poemas. Presentamos aquí una selección que abarca sus temas recurrentes: el mar y el ansia de paz, así como uno de sus poemas surrealistas (Se equivocó la paloma), que también alude a la tristeza de la desubicación que generan el odio y la guerra, poema que, como se sabe ha sido cantado, entre otros, por Joan Manuel Serrat. Cerramos este pequeño ejemplo de la obra de Alberti con un poema contra los dictadores en América Latina, en el que la ironía y los neologismos se combinan para manifestar el desprecio por la dictadura, el terror y la tortura.

Si mi voz muriera en tierra

Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón de un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
¡y sobre el viento la vela!

Hoy las nubes me trajeron

Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de España,
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.
Entré en el patio que un día
fuera una fuente con agua.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme el agua.

Creemos el hombre nuevo

Creemos el hombre nuevo
cantando.
El hombre nuevo de España,
cantando.
El hombre nuevo del mundo,
cantando.
Canto esta noche de estrellas
en que estoy solo, desterrado.
Pero en la tierra no hay nadie
que esté solo si está cantando.
Al árbol lo acompañan las hojas,
y si está seco ya no es árbol.
Al pájaro, el viento, las nubes,
y si está mudo, ya no es pájaro.
Al mar lo acompañan las olas
y su canto alegre los barcos.
Al fuego, la llama, las chispas
y hasta las sombras cuando es alto.
Nada hay solitario en la tierra.
Creemos el hombre nuevo cantando.

Se equivocó la paloma

Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)

Pinosanguinochetburundá

El Inmenso el Inmenso
el más detacagado hijo de atrás del Grande
el atiranorror
el despomastaorror
el funéreo funerísimo funegeneralísimo
el más destacarancho roedor
comedor
triturador
nato quebrantahuesos
vampiro chupador
el más destacagado traidor
usurpador gorgojo
piojo incendiario
Pinosanguinochetburundá el Inmenso
el más destacagado ovario
de mi madre Adefesia
hija y madre del Grande
el cagador de dólares
borrapueblos
borrudo
robacobriboludo petroludo.