Miguel de Unamuno (1864-1936)

Toda novela, toda obra de ficción, todo poema, cuando es vivo, es autobiográfico.
Porque, ¿quién soy yo mismo? ¿Quién es el que se firma Miguel de Unamuno?
Pues... uno de mis personajes, una de mis criaturas, uno de mis agonistas.

Miguel de Unamuno


Filósofo y escritor español, considerado por muchos como uno de los pensadores españoles más destacados del siglo XX. Nació en Bilbao y se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Fue catedrático de griego en la Universidad de Salamanca, de la que también fue rector. En 1914 fue obligado a renunciar a este cargo por sus ataques a la monarquía de Alfonso XIII. Diez años después, debido a un enfrentamiento con la dictadura de Miguel Primo de Rivera, fue confinado en las Islas Canarias. Poco después radicó en Francia. Regresó a España en 1930. Aunque al principio pareció aceptar la sublevación del Ejército español encabezada por Franco, pronto la censuró públicamente: en un acto celebrado en la Universidad de Salamanca, su comentario "venceréis, pero no convenceréis", generó la respuesta del régimen franquista: "¡Viva la muerte y muera la inteligencia!". Cultivó todos los géneros literarios: fue poeta, novelista, autor teatral y crítico literario. Destacan sus novelas: Niebla (1914) -que llamó nivola, en un intento de renovar las técnicas narrativas-, La tía Tula, y San Manuel Bueno, mártir (ambas de 1933). Su preocupación existencial quedó manifiesta en dos obras maestras: Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del cristianismo (1925). Entre su obra poética puede citarse El Cristo de Velázquez (1920), mientras que su teatro ha tenido menos éxito, pues la densidad de ideas se opone de alguna manera al fluir escénico, pueden mencionarse sus dramas: Raquél encadenada (1921), Medea (1933) y El hermano Juan (estrenada en 1954).

El tema de la relación entre el autor y sus personajes ha llamado la atención de varios escritores a lo largo de la historia de la literatura, esta preocupación tratada desde un punto de vista estético, es notable en obras como El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)de Miguel de Cervantes, Seis personajes en busca de autor (1921) de Luigi Pirandello o en Jack y su amo (1981) de Milán Kundera. Este tema fue desarrollado de diversas maneras y en diferentes géneros por Miguel de Unamuno, quien llevó la pregunta entre las relaciones entre el autor y sus personajes a otra más honda e inquietante: la del conocimiento de las relaciones entre los entes de la realidad" y los de la "ficción", entre el mundo de lo real y el de lo imaginario. De esta inquietud nació una de sus novelas más reconocidas: Niebla, (1914) texto que supone el más abierto enfrentamiento desde el campo de la novela con el problema central del autor y del hombre Miguel de Unamuno: el de la realidad del ser hombre, el de la mortalidad o inmortalidad del alma individual, por ello, en lugar de calificarla como novela, el autor la llamó nivola, esto es, como una novela que genera sus propias reglas, que se discute a sí misma, que hace del lector un participante activo, un creador del mundo interior de los personajes.

Dentro de esta misma concepción para Unamuno el poeta está condenado a ser creador y criatura a un tiempo; pero el creador -es decir, el hombre- pasa, mientras que su criatura poética, reflejo de su realidad más íntima, queda, muestra de esto es el siguiente poema de su libro Cancionero:

Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,
que es enfermedad la vida
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte me olvida.
Y os llevo conmigo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.
Aquí os dejo mi alma-libro,
hombre-mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
soy yo, lector, que en ti vibro.