1910

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1942

M i g u e l H e r n á n d e z

"Que caven un hoyo en mi pecho y que te entierren en él", fueron algunas de las últimas palabras que, ya muy enfermo de tuberculosis, Miguel Hernández dirigió a su esposa Josefina desde la cárcel de Alicante, donde murió cuando apenas tenía 31 años, el 28 de marzo de 1942.

Hacía poco, Josefina acababa de dar a luz y acaso uno de los textos más conmovedores de un padre a su hijo que en la historia se hayan escrito es el de "Las nanas de la cebolla", poema que Miguel Hernández escribió a su bebé de ocho meses de edad, luego de recibir una carta en que su esposa le escribía que lo único que había para comer era cebolla, he aquí un fragmento:

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre...

Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1910 en Orihuela (Alicante), un pequeño pueblo del oriente de España. Su niñez y adolescencia transcurrieron en un ambiente campirano. Hijo de campesinos, pastor de cabras, estudió becado la enseñanza primaria.

A los quince años tiene que abandonar el colegio para apoyar la economía familiar. En Orihuela conoció a los hermanos Ramón y Gabriel Sijé. Ramón, estudiante de derecho en la Universidad de Murcia, le orientó en sus lecturas, le prestaba libros y corregía los primeros textos que Miguel redactaba. Otra de sus influencias y guías con respecto a la literatura fue Luis Almarcha, canónigo entonces de la catedral, quien contribuye a las lecturas del joven pastor.

A partir de 1930 Miguel Hernández comienza a publicar poesía en el semanario El Pueblo de Orihuela y en el diario El Día de Alicante. Sus primeros poemas abordan temas como el paisaje de su región y aspectos de su vida pastoril y presentan ya un estilo personal en lo que a manejo del lenguaje respecta.

En 1931 decide viajar a Madrid, aunque no tiene éxito en el ámbito literario de la capital. Dos años después, publica Perito en lunas. Es en su pueblo donde se enamora de la que sería su esposa y compañera, Josefina Manresa, a quien escribe y dedica parte de su producción. En la Nochebuena de 1935 muere su consejero y amigo Ramón Sijé. Miguel Hernández escribe a su maestro y amigo una sentida elegía, a la que pertenecen los siguientes versos:

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida....

Con mayor prestigio como poeta, realiza un segundo viaje a Madrid. En 1936 publica El rayo que no cesa. Al estallar la Guerra Civil en julio de 1936, Miguel Hernández se incorpora como voluntario al Quinto Regimiento a favor de la República. Su vida y su obra están dedicadas a la lucha por la justicia. En plena guerra logra escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. En esa época publica Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939).

En la primavera de 1939, Miguel Hernández intenta sin éxito cruzar la frontera con Portugal. A partir de ese momento comienza un tormentoso peregrinaje por diversas cárceles españolas. Inesperadamente, a mediados de 1939 es puesto en libertad, pero la dicha sólo dura un pequeño lapso, ya que en Orihuela es encarcelado nuevamente en distintas prisiones. Finalmente, estando preso en Alicante, contrae tuberculosis y muere en la cárcel el 28 de febrero de 1942.