El reverendo protestante Martin Niemoller había sido un oficial de submarinos altamente condecorado en la Primera Guerra Mundial. Al terminar el conflicto bélico se dedicó a predicar en una iglesia situada en los suburbios de Alemania.

Si bien, en un principio Niemoller simpatizó con las ideas de Adolfo Hitler, sin embargo, conforme fue viendo la discriminación y la manipulación del pueblo alemán, no sólo dejó de concordar con la ideología nazi, sino que se convirtió en enemigo público del Fuhrer, nombre que se le daba a Hitler para reconocer su poder absoluto. El pastor Niemoller se reveló y declaró que para él su Fuhrer era Dios y no un loco como Hitler.

Fue arrestado en 1937 y estuvo en prisión ocho meses. Más tarde fue enviado a los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau, donde permaneció de 1937 a 1945.

Luego de su liberación, en 1945, se convirtió en un luchado social y en presidente del concilio mundial de iglesias protestantes. Recibió en 1967 el Premio Lenin de la Paz y la Cruz Alemana al Mérito en 1971. Murió a los 92 años en Weisbaden, Alemania el 6 de marzo de 1984.